Georgina Ribatallada

La espiritualidad se ha convertido en una forma de manipulación más en un mundo lleno de personas desesperadas que buscan una receta mágica para aplacar su dolor, sentir algo de ilusión para levantarse por las mañanas y calmar su alma.

• Hay gurús que viven como ermitaños separados del mundo y dan consejos sobre vivir en sociedad.
• Personas buenistas que te cuentan que tienes que entender a tu agresor y perdonarlo, aunque sea a costa de tu salud (porque cuando te obligas a hacer algo para lo que no estás preparada, violentas a tu organismo y puedes acabar enfermando).
• Espacios donde te juzgan si sientes más de lo debido (según ellos) alguna emoción de las que consideran de baja vibración.
• Y personas motivadoras que te ponen la zanahoria de ser tu mejor versión (una que nunca vas a conseguir) sin tener en cuenta tu contexto de vida.

El fast-food espiritual es una corriente dominante, llena de frases bonitas del yogui tea, donde mirarte al espejo, recitar mantras y hablar con ángeles para solucionar tu vida en 5 pasos es posible.

Todo esto puede ser una trampa en la que enredarte durante años, disociándote de tu vida y violentando tu cuerpo y tu energía hasta desgastarte.Tener experiencias místicas no va a salvarte, dejar en manos de las cartas tu futuro sin tomar acciones concretas, tampoco.

Vas a tener que sacar tu voz en un mundo que parece hecho al revés, donde incomoda más quién denuncia que quién agrede.

Un mundo en el que has tenido que esconder tu autenticidad para sobrevivir.

Y por eso callas y silencias tu verdad.

Te cuentas que eso ya pasó y quieres olvidar.

Pero, ¿sabes quién no olvida?

Tu cuerpo.

Tu cuerpo no puede saltarse pasos para llegar a la paz que da la integración de la experiencia.

Necesita completar la respuesta que no pudo dar con su lenguaje.

Desfijar lo que quedó grabado, para luego flexibilizar.

Crear nuevos caminos que te permitan vivir las experiencias de otra manera.

Anclar tu energía enraizándote y encarnando tu verdad.

Y luego mirar hacia las estrellas.

Esa es la verdadera revolución.

Conecta con tu poder,

dirige tu dragón a quemar lo que no quieres,

y muestra la Reina Bruja que eres.