Cuando has caminado largamente por el infierno, pocas cosas te sorprenden.
Algo está cambiando en mí: he aceptado que la vida no siempre será justa, pero confío plenamente en mi capacidad para sostenerme.
Estos días siento una melodía en mi corazón, una tranquilidad desconocida que comienza a reflejarse en el exterior. Estoy recuperando partes de mí que creí perdidas, incluso en el juzgado.
Me siento viviendo desde la estructura y la fluidez.
Después de tanto tiempo paseando por el infierno y evitando mis dones para no disociarme, había olvidado cómo era caminar por el cielo y me ha sorprendido la tranquilidad y el enraizamiento con el que he paseado.
Reconocer el infierno
Hoy, mientras iba a recoger a mi hijo al colegio, hice algo que no practicaba desde hace tiempo: observar la energía de las personas y los espacios con los que me cruzaba.
Lo que he visto me ha hecho pensar que quizá la única diferencia entre ellos y yo es que yo era consciente de que vivía en el infierno.
Había un hombre con un bebé en brazos. El bebé tenía una energía lumínica poderosa, sin embargo el padre estaba rodeado de pequeños demonios. Las calles estaban atravesadas por líneas densas de energías oscuras y hasta los edificios vibraban en el miedo.
Esto también es trauma: vivir en un infierno invisible que pocos reconocen porque siempre ha sido así y lo han normalizado.
El infierno de la víctima
¿Te preguntas por qué a ti? ¿O te repites que no has hecho nada para merecerlo y que la vida es injusta contigo? Esa es la esencia del infierno.
O quizás estés atrapada en el positivismo tóxico del arquetipo de la bruja (yo lo estuve muchos años) y te engañes diciéndote que “todo está bien” y que “se solucionará” mientras te apartas de lo que sientes en tu cuerpo para buscar cielos que no puedes habitar plenamente.
La solución no está en negar ni en huir. Para transformar tu vida debes bajar al infierno, alquimizar lo que sea necesario y subir al cielo con los pies en la tierra.
Del por qué al para qué
Integrar tus heridas emocionales y traumas te libera del papel de víctima y te conecta con tu sabiduria interna para que descubras el para qué de tu experiencia.
Sé que muchas de esas experiencias han sido una mierda, pero tú tienes la capacidad de tranformarlas en la flor de loto que mereces y descubrir que al otro lado del dolor hay algo bueno esperándote.
Prepárate para cruzar
Atrévete a emprender tu propio viaje de transformacion y descubrirás que se puede vivir de otra manera, con calma y confianza en ti, tu cuerpo y la vida.
No estás sola y mereces caminar por el cielo que deseas.
Con cariño,
Georgina

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