| Cuando nos enfrentamos al dolor —conflictos internos, heridas emocionales, síntomas físicos o enfermedades— podemos tomar dos caminos bastante opuestos. |
| Uno es el de la mente racional. Ese que necesita entender todo.Que busca respuestas, explicaciones, diagnósticos…y que se enreda en bucles mentales infinitos.No hay alivio real.Solo más dudas. Más ruido. Más autoexigencia.Más leña para el fuego del dolor. |
El otro es el de la “espiritualidad fast food”. Técnicas energéticas mal entendidas.Falsos estados de amor incondicional que solo son formas de escapar del cuerpo y del dolor.Emociones “negativas” prohibidas.Disociación disfrazada de conexión.Una vida que se soporta gracias a meditaciones, rituales y frases bonitas…pero por dentro todo sigue igual. |
🔸 Ambos caminos pueden ser útiles… pero cuando no están encarnados en la tierra, en tu cuerpo, en tu verdad… te fragmentan y te alejan de ti. |
🌿 Hay otro camino. Un0 que va al origen del dolor sin perderse en la mente.Sin disociarse en el éter.Que entiende que la magia está en levantarse cada día, no en experiencias extrasensoriales.Que no deja fuera la mente, la emoción ni la energía… pero las pone al servicio del cuerpo, del presente, de la vida real.Es incómoda.Comprometida.A veces lenta.Siempre transformadora. |
| ✨ Muchas de las mujeres que acompaño han pasado años en los otros caminos.Llenas de recursos, pero igual de desconectadas.Cansadas… pero listas.Porque ya no quieren soportar su vida.Quieren transformarla.No buscan milagros.Buscan procesos reales.Encarnados.Vivos. |
🌱 Si tú también estás ahí —si sabes que no puedes seguir así, si ya lo intentaste todo y sigues sintiendo que no vives de verdad—, este es tu lugar. Si has entendido que la vida es un proceso.Y todo lo que vives hoy —síntomas, relaciones, caos interno o externo— es resultado de muchas cosas que no elegiste. Pero sí eres responsable de lo que haces hoy con todo eso.Y si hoy estás lista para dejar de sostener una vida que no te llena el corazón… |
| Te espero al otro lado. Con los pies en la tierra, el cuerpo como oráculo y el alma despierta. |
Con cariño,
Georgina

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